miércoles, 17 de octubre de 2018

CUADERNOS DE INSOMNIO - X. CORONACIÓN

X. CORONACIÓN

La llegada de la primavera traería otra mala nueva con escenario en el cementerio del Oeste. Bajo un grávido cielo gris topo, la mano del Diablo añadía otra dosis de repugnancia. Cierta tarde, una patrulla de vigilancia, observó que algunos de los cuerpos de apestados resplandecían mientras esperaban su cremación.
Una investigación más exhaustiva determinó que estábamos ante ceremonias aberrrantes organizadas por cultores de Satán.
Sujetos a una resurrección demoníaca, volvían como vykrolakas, demonios que toman forma humana -a expensas de cadáveres- al conjuro de las páginas del Speculum Maleficorum, del satanista y alquimista germánico del siglo XIII, Heinrich Allatius. 
Según Mateo Soler, el extraordinario suceso ocurría cuando regían los días impuros, período entre el equinoccio de primavera y la Navidad en el cual las fuerzas del mal se realimentaban. 
Los hombres-demonios eran fácilmente detectables por su aspecto: pelo blanco, largas uñas, ojos inyectados, llagas purulentas, orificio en la nuca. Dormían en oquedades, sótanos, entretechos y bóvedas. Comían carroña. Y podían levitar y mutar.
Hacia mediados de octubre, la peste se llevó a Santiago Vélez, el mayor de la Ultima Tribu. Querible, retraído y humilde, nadie dudaba que era un personaje salido de alguna novela  de  Roberto Arlt. Trabajó desde chico en un taller. Fue electricista, técnico electrónico, vendedor de libros, pintor, ceramista, inventor, titiritero y ante todo, un bohemio sin remedio. 
Tras ese golpe del destino y antes que finalizara noviembre, M. Ispro, el Matemático agonizaba en su domicilio, víctima de una patología inexplicable.
Con él se fue un alma hecha a sí misma, laboriosa, reflexiva. Había nacido en un pueblo de Entre Ríos, un día de setiembre de 1957.
El peso plúmbeo del pesar doblegaba nuestras espaldas.
Como un mal sueño, el recuerdo del trienio ‘76-’79 apareció delante del Círculo. 
El Comandante Segundo decidió barajar y dar de nuevo.
La responsabilidad militar recayó en Pedro Abella, Mateo Soler y Carlos Távola.
De los aspectos logísticos, Inteligencia y Comunicaciones, se ocuparían Daniel Mavied y Jorge Gamarra.
A este cronista, sin dejar su labor específica, se le asignó organizar nuevas unidades de combatientes.
Las acciones se reiniciaron cerca de Navidad con una nueva ofensiva de la Legión sobre la Plaza de los Dos Congresos, siendo la avenida Rivadavia la yugular que apretaban los guerreros del Señor de la Muerte
El rumbo de la guerra de liberación pronto adquirió un sentido catastrófico para la CausaLa epidemia siguió avanzando, sin visos de aquietarse. Las condiciones sanitarias se deterioraron más rápido de lo previsto. El alimento y el agua tuvieron que ser racionados. La avanzada de los hombres-demonios detrás de nuestras filas ocasionó pocas muertes aunque un pánico indescriptible y el retraimiento de la sociedad civil. Fueron horas de abatimiento e inmenso dolor.
La víspera de Nochebuena se desató otra pestilencia, la de ánthrax, agente letal de la fallida guerra bacteriológica interhumana, rociada desde el aire por vykrolakas y trasmitidos por sus pelos infectados conteniendo esporas. 
Favorecidos por el frío húmedo del invierno y la ventosa primavera, el índice de replicación bacilar asombraba a los investigadores. La diseminación del bacillus anthracis, en su forma neumónica, causó centenares de muertes por hemorragia, insuficiencia respiratoria e intoxicación y secuelas en otras miles de personas.
El reinado de la oscuridad se aproximaba. 
La derrota, aparecía en el horizonte de manera casi irreversible.
Pasadas algunas horas el día de la Natividad del Señor, luego de haber roto las líneas del frente principal con el apoyo de varias Legiones, el Arconte Negro fue proclamado Señor del Mundo y Heosphoros de la ciudad. 
Rodeadas de demonios, biothanati, licántropos y vykrolakas, las oficiantes, poseídas, sin rastro alguno de su antigua condición humana, celebraron la solemne misa negra de entronización, ofrendando corazones de prisioneros al altar de Abaddón
A pocas horas de la culminación del milenio, Mateo Soler y Daniel Mavied presentaron al Comandante Segundo un plan de rápida aunque riesgosa ejecución, al que llamaron contraofensiva áurea. 
Aquella tarde, en el mayor de los secretos, mientras el diluvio volvía una y otra vez, expusieron ante la Fratría, lo que constituía una de las últimas esperanzas de la ResistenciaUna de las etapas consistía en infiltrar las líneas enemigas, llegar hasta el bunker enemigo, aniquilar su estado mayor -los demonios decuriones- y trazar el círculo de luz alrededor del Oscuro, arrojándolo por mil años en la gehena.


Glosario

Vykrolaka (mit. gr. y rumana): especie de vampiro nacido del alma de un muerto no bautizado. Vive de incógnito en ciudades y frecuenta los cementerios, donde devora cadáveres.
Speculum maleficorum: aterradora obra del fraile Allatius. Constaba de tres libros con maleficios, invocaciones y conjuros. El único ejemplar encontrado fue destruido por el comandante Segundo (Pedro Abella).
Heinrich Allatius (latinizado Enrico Alatio): monje dominico germánico (1252-1305). Doctor en Teología, fue excomulgado por sacrílego en la catedral de Worms el viernes santo de 1305, condenado a muerte y ejecutado el último día de ese año.
Heosphoros (gr.): la figura contrapuesta a la del Salvador. La soberbia y crueldad del Heosphoros son proverbiales.