lunes, 15 de octubre de 2018

OSCAR DE LA CALLE, MILITANTE POPULAR

OSCAR DE LA CALLE, MILITANTE POPULAR

Permítanme decir que Oscar de la Calle, el cronista del Movimiento por pedido de sus compañeros, era un abnegado laburante de prensa antes de la Epifanía del Oscuro. Había nacido en el ‘30, días después del golpe de Uriburu.

Su verdadero nombre era Oscar O’Brien.

Ejerció el periodismo político en publicaciones como Resistencia, Democracia Verdadera y Tiempo de Liberación, para después abordar la acción política directa con motivo de la persecución y muerte de militantes populares entre 1955 y 1956.

Entre 1976 y 1978, hallándose en la primera línea de la lucha antidictatorial, fue detenido-desaparecido en el Centro Clandestino de Detención “El Olimpo”, del barrio de Floresta, del que escapó, refugiándose en algún lugar del Delta bonaerense.

En el ‘93, después de casi tres lustros de silencio, reapareció en la escena política con el Partido de los Pobres, de existencia efímera.

Cinco años después, en uno de esos encuentros que están llamados a cambiar para siempre la vida de una persona, conoció al Errante, mentor de su conversión a un cristianismo sui géneris, ecuménico, con visos de misticismo y algo paranoico, pero auténtico hasta la médula y consecuente con los principios de los Evangelios.

Y casi simultáneamente se integró a los Fratelli, el movimiento iniciático que guiará la Resistencia, poco después de la tormenta y de los otros signos que prenunciaron la venida del Oscuro.